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El virus de Epstein-Barr (EBV) puede estar relacionado con el hipotiroidismo, especialmente en el contexto de enfermedades autoinmunes como la tiroiditis de Hashimoto.
INFO: La tiroiditis de Hashimoto es una enfermedad autoinmune crónica en la que el propio sistema inmune ataca a la glándula tiroidea, provocando inflamación, disfunción tiroidea y, como frecuencia: hipotiroidismo. Fue descrita por primera vez en 1912 por el médico japonés Hakaru Hashimoto. Por lo que se le reconoce el mérito atribuyéndole el nombre.
¿Y cómo el virus del Epstein-Barr podría afectar a la tiroides?
- En primer lugar, una infección latente que se reactive. Como muchos virus, el EBV puede permanecer en estado latente (ciclo lisogénico) “escondido” en el interior del ADN de algunas de las células del cuerpo. En un momento dado, puede reactivarse sobre todo si hay estrés, disbiosis intestinal o inmunosupresión. Su estrategia ecológica es oportunista, cuando llega el momento de mayor probabilidad para replicarse reinician su actividad y ejecutan su ciclo de dispersión a otras células y a otros seres individuos.
La cuestión aquí es que se ha detectado EBV en tejido tiroideo de pacientes con Hashimoto, sugiriendo una posible implicación del virus en el daño a la glándula (Dittfeld, 2016). - Otras de las causas es el mimetismo molecular. El sistema inmune puede confundir proteínas del virus con proteínas de la tiroides, desencadenando una respuesta autoinmune contra la glándula. Desde el punto de vista del sistema inmune, podríamos decir: si el patrón de moléculas es similar, ¿no será que está aquí el virus?
- Inflamación crónica de bajo grado y alguna disfunción inmunitaria. El EBV puede contribuir a un estado inflamatorio crónico siliente que altere la función tiroidea y favorezca la autoinmunidad.
Vamos con la evidencia científica
Varios estudios han encontrado una mayor prevalencia de anticuerpos anti-EBV en pacientes con Hashimoto. Mira:
- Janegová et al. (2015) con el rol de la infección con el virus de Epstein-Barr en el desarrollo de enfermedades tiroideas autoinmunitarias.
- Lu et al. (2024) sobre la infección por dos virus (papiloma humano y virus de Epstein-Barr) en lesiones benignas de tiroides.
- AL‑Rammahi y AL‑Khilkhali (2023) y la detección de EBV y la enfermedad autoinmune de Hashimoto.
- Y también Kozłowska et al. (2024), ¿Acaso EBV y los TLR intracelulares afectan el curso de la enfermedad de Hashimoto? En este estudio se relaciona pacientes con Hashimoto recién diagnosticado en quienes se detectó ADN de EBV, y esos mismos pacientes mostraron activación significativamente mayor de TLR3, TLR7 y TLR9, lo que sugiere un mecanismo de reactivación que influye en la respuesta autoinmune.
¿Qué puedes hacer en caso de hipotiroidismo y portador del virus de Epstein-Barr?
Si ya has confirmado que tu caso de hipotiroidismo está relacionado con una reactivación del EBV, se puede trabajar en varias líneas:
-
- Modular el sistema inmunológico con estrategias antiinflamatorias y micronutrientes clave (selenio, zinc y vitamina D).
- Reducir la inflamación y la actividad autoinmune.
- Priorizar una alimentación antiinflamatoria y rica en selenio, zinc, omega-3 y polifenoles.
- Controlar la disbiosis intestinal (posible implicación de permeabilidad intestinal en autoinmunidad).
- Evitar desencadenantes como el gluten y lácteos (según tolerancia).
- Apoyar la función hepática (eliminación de toxinas virales).
- Complejos herbales como el cardo mariano, NAC y diente de león pueden ayudar en la depuración de metabolitos virales.
- Controlar el estrés crónico, que puede favorecer la reactivación viral.
- Optimizar la salud intestinal, ya que la disbiosis puede agravar la autoinmunidad.
- Evaluar la necesidad real de Eutirox. Pide información y pregúntale a tu médico si el daño tiroideo es avanzado, y si realmente el tratamiento sustitutivo puede ser necesario a largo plazo. Si el órgano aún tiene función tiroidea, la estrategia inmunomoduladora podría ayudar a mejorar la producción endógena de hormonas tiroideas.
- Regular la activación viral. Puedes apoyarte en compuestos antivirales naturales como el extracto de olivo, la quercetina, el reishi o el regaliz (si no hay hipertensión).
Conclusión: aunque no en todos los casos de hipotiroidismo hay una relación directa con la enfermedad del beso, su reactivación podría contribuir a la inflamación y la autoinmunidad tiroidea. Y por eso, tratar la raíz del problema (inmunomodulación y equilibrio del sistema nervioso) puede ser clave en la recuperación.
Desde la PNI, la estrategia de abordaje puede variar ligeramente según el paciente, pero igualmente se insiste, en ambas situaciones la modulación del sistema inmunológico será clave. En Hashimoto, el EBV puede actuar como un desencadenante y perpetuador de la autoinmunidad. Mientras que en hipotiroidismo clínico sin Hashimoto, puede ser un factor inflamatorio subyacente, pero hay que descartar otras causas antes de asumir que el virus es la raíz del problema.
En cualquiera de los casos, modular el sistema inmunológico, apoyar la salud intestinal y optimizar micronutrientes puede mejorar los síntomas y reducir la dependencia del Eutirox en algunos pacientes.
¿Y qué pasa si es hipotiroidismo sin Hashimoto?
Si no hay autoinmunidad confirmada, el foco puede estar en:
- Descartar deficiencias nutricionales. Es una causa común del hipotiroidismo subclínico, como deficiencias de yodo, selenio, zinc, hierro o vitamina D. Si hay deficiencia, lo suyo es corregirla antes de asumir la necesidad de tratamiento hormonal de por vida, ¿no? Quizá el órgano funciona, pero le faltan esenciales.
- Apoyar la conversión de T4 a T3. Optimizar el metabolismo hepático y suprarrenal es clave en la conversión de las hormonas tiroideas. Así como evitar el estrés oxidativo como el NAC, omega-3, antioxidantes.
- Y, claro, evaluar si EBV puede estar contribuyendo a un estado de inflamación crónica participando en deteriorarlo todo… Si hay síntomas compatibles con una reactivación viral (cansancio extremo, inflamación, síntomas gripales recurrentes), se podría abordar de manera similar a Hashimoto.
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